SUCESOS LIGADOS A LA MUERTE DE JESÚS
I. LA ROTURA DEL VELO Y LAS PIEDRAS PARTIDAS. Mt 27: 51
El velo. Ex 26:31-33; Lv 16:1-2. Este velo impedía la entrada en el lugar santísimo.
Cuando se rasgó el velo esto significó el fin del sistema de la ley; ahora el camino a Dios estaba abierto. Había un acceso directo al Padre a todos los que llegan a él por la fe en su Hijo, He 10:19-22.
El velo denso y bordado sería, prácticamente imposible de ser rasgado. Sin embargo, Mateo dice que en el momento de la muerte del Señor, aquel pesado velo se rasgó totalmente, dividiéndose en dos partes. Lo interesante de todo esto es que el rasgado se hizo de arriba abajo. Sólo Dios mismo pudo hacer aquello. Esta era una manifestación del libre acceso de todos los creyentes a Dios por medio de Jesucristo. Ya no había, en adelante, más separación establecida en la Ley, porque había sido resuelta en la muerte del Salvador, He 4:16.
El Lugar Santísimo, donde en figura estaba el trono de Dios, no era un lugar de gracia, sino de juicio; es decir, nadie podía entrar en Él, sin que muriese (Lv 16:2). El escritor a los Hebreos habla de un trono de gracia, tal es el cambio operado por la obra de Jesús. El creyente no solo puede acercarse, sino que se le exhorta a hacerlo.
II. EL TEMBLOR Y LAS PIEDRAS PARTIDAS.
El segundo incidente en la muerte del Señor fue el temblor de la tierra, las piedras que se parten y los sepulcros que se abren. En la muerte del Autor de la vida, la conmoción cósmica se produjo. La tierra tembló bajo el peso del tremendo pecado hecho directamente contra Dios. La muerte del Salvador tiene un significado universal que afecta también a la creación. La misma creación que gime ahora esperando la manifestación de los hijos de Dios, dará paso a una nueva creación sin pecado, sólo posible a causa de la muerte del Hijo de Dios. Sin duda aquel terremoto, inmediatamente a la voz del Señor que entregaba su espíritu debió causar conmoción a todos los que habían estado cerca de la cruz.
¿Tú te emocionas y conmueves con Jesús? Cuando Jesús entró en Jerusalén fue alabado por sus discípulos, entonces…Lc 19:39-40. ¿Vas a dejar que las piedras alaben al Señor debido a que tú callas?
III. LOS SEPULCROS ABIERTOS Y LA RESURRECCIÓN DE SANTOS. v 52-53.
Probablemente el terremoto que partió las piedras, abrió también algunos sepulcros donde estaban enterrados algunos que Mateo llama santos, en sentido de creyente, fieles a Dios.
La interpretación de este texto es difícil, por eso hay variadas opiniones.
¿Quienes fueron los que resucitaron? ¿Fue una resurrección temporal, como la de Lázaro, volviendo luego a los sepulcros o fue una resurrección definitiva? Es inútil tratar de resolver los problemas que esto plantea.
Esta resurrección es una de las señales que el Mateo registra, como manifestaciones que apuntaba al significado de la muerte del bendito Salvador.
La muerte para el creyente se describe como sueño, en sentido de descanso del cuerpo, no de inconsciencia que no permita disfrutar de la presencia del Señor (Fil 1:23); el sepulcro es el lecho del descanso, de ahí que el nombre dado al cementerio, equivale a dormitorio. De ese descanso del cuerpo fueron despertados por el poder del Señor Jesús. ¿Quienes eran? En esto hay también diferentes opiniones. ¿Santos del antiguo pacto? ¿Patriarcas, que esperaban el día del Señor saludándolo de lejos? ¿Seguidores de Jesús que habrían muerto antes de la muerte de Jesús? ¿Profetas que fueron muertos en Jerusalén?
No es posible establecer más de lo que afirma el texto bíblico, que eran santos.
Es imposible establecer una interpretación absoluta. De todos modos se trataba de cuerpos mortales, físicos que fueron a Jerusalén y aparecieron a muchos.
Hay verdades claramente reveladas: a) Se trata de una verdadera resurrección y no de apariciones de cadáveres y mucho menos de espíritus que, de algún modo, se hicieron visibles. b) El acontecimiento tuvo lugar después de la resurrección de Él”.
c) Se aparecieron a muchos. Sin duda estamos aquí en la necesidad de aplicar el texto de Moisés: “Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios; mas las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos para siempre” (Dt 29:29).
Será bueno dejar las especulaciones de algo que Dios no revela en su Palabra.
Lo indudable es que esa resurrección, cualquiera y como quiera que sea, es señal de la victoria de Jesús sobre la muerte y de la liberación de los que le esperaban en el seno de Abraham.
¿Por qué fue necesaria la resurrección de los muertos? El apóstol Pablo revela un orden de resurrecciones que Dios ha establecido para la resurrección de entre los muertos, que comprende diversos momentos y distintos grupos, 1Co 15:20-23. El primero en el orden de resurrección es Cristo, las primicias. El término primicias, lleva el pensamiento inmediatamente a la fiesta anual en la que se presentaba a Dios el primer manojo de frutos que anticipaba la cosecha, Lv 23:9-11. Es notable que no se aparecieran hasta después de la resurrección para dar una mayor fuerza al programa de resurrecciones en el primer nivel, las primicias. En ese sentido Jesús es la segura esperanza de resurrección de los creyentes, pero ya se ha permitido vislumbrar lo que será la gran cosecha de resucitados como consecuencia de la muerte del Señor. Jesús estaría presentando delante del Padre la muestra de lo que será un día la gran resurrección de los santos en Cristo Jesús.
¿Sufres enfermedad, dolor u otra cosa terrible en este mundo? Tengo muy buenas noticias: Dios no ha terminado su obra en ti. 1Ts 4:13-18. En la resurrección no habrá más muerte ni dolor. ¡¡Aleluya!!